lunes, 26 de septiembre de 2011

Médicos y corrupción: sobres privados en consultas públicas

Hace una semana anunciaba la publicación de esta entrada, y coincidiendo en el diario La Nueva España de hoy una nueva andanada (Exclusividad médica no - control sí) en favor de la eliminación de la dedicación exclusiva obligatoria, con la publicación de una carta de un lector y comentarista habitual titulada "Profesionales-médicos" en la que refleja, seguramente con más estilo y precisión, lo que yo quería relatar, y que reproduzco íntegramente a continuación.

Profesionales médicos

26 de Septiembre del 2011 - Javier Fernández Díaz (Mieres)

Está de actualidad en nuestros días en el mundo sanitario la discusión sobre la necesidad o no de mantener la exclusividad al personal médico.

La exclusividad viene a atajar los desmanes de determinados profesionales, con uso indebido y poco ético en el ejercicio de su profesión de la alternancia entre la sanidad pública y la sanidad privada

Vamos a enumerar alguno de ellos:

1) Enriquecimiento en el ejercicio de la sanidad privada (consultas privadas), con la utilización de recursos públicos de la sanidad pública, realizando pruebas diagnósticas en la sanidad pública, con el coste que acarrea para uso y disfrute en su consulta privada.

2) La tergiversación de la listas de espera quirúrgicas: saltándose dichas listas para colar a clientes de su consulta privada.

3) Uso y disfrute de material del servicio público para sus consultas privadas.

4) Incumplimiento de la jornada laboral para comenzar con tiempo su consulta privada.

Podría seguir enumerando, pero aburriría al personal.

El personal médico se cree mal remunerado y necesita una compatibilidad del ejercicio público con el privado. La Administración socialista saliente les proporcionó un aumento considerable de sus retribuciones con la llamada carrera profesional (debo puntualizar que afecta al personal fijo), con un único requisito, la antigüedad, llegando a cobrar hasta 12.000 euros al año por dicho concepto, tendríamos que añadir los acuerdos del Sespa y la cuantía de la hora de guardia.

Podríamos hablar del gasto farmacéutico: el comercio del medicamento, donde parte de los profesionales recibe regalos o dádivas muy jugosas, retribuciones a cuenta, congresos en lugares paradisiacos. Indudablemente, el uso de genéricos no es de su agrado.

Añadiría, finalmente, el uso de algunos profesionales médicos con crédito horario por liberación sindical, es utilizado por determinados profesionales en horario de guardia, es decir, cobran la guardia pero la realiza un sustituto, cosas veredes.

Indudablemente, existe personal médico que hace un uso responsable de su profesión y se debería diferenciar dicha profesionalidad con los incentivos adecuados en concepto de productividad, pero en toda profesión la generalización lleva a injusticias.

Quiero hacer constar que para la parte de personal médico donde prevalece lo crematístico antes que el juramento hipocrático, que no todo el monte es orégano, y no son dioses ni nada parecido, están para cumplir con su profesión adecuadamente y utilizar los recursos públicos, que son de todos, de la misma manera.

Javier Fernández Díaz

Mieres

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