domingo, 20 de diciembre de 2009

Desde mi ventana



El sábado viajamos a Soto, la carretera con hielo en las rodadas y nieve polvo en los laterales, todo el campo cubierto por una capa de nieve blanca y el cielo con las constelaciones visibles y las estrellas brillando como diamantes. A las 19,00 el termómetro marca - 6ºC, por lo que nos metemos en casa con rapidez y ya no volvemos a salir. El domingo amanece con un sol radiante produciendo destellos en la nieve, parece que las estrellas que poblaban el cielo por la noche ahora están sobre los prados. A pesar del sol la temperatura al mediodía es de - 2ºC.













Depués de comer salimos por la ruta del Alba hasta Retorturiu y volvemos por la senda de Precia la Vara donde vemos como el sol se va ocultando tras las montañas.
Cuando voy por estos lugares siento la llamada de la tierra, que me reconoce cuando paso y me recuerda que desde niño he transitado por estos caminos. Siempre me vienen a la cabeza anécdotas y aventuras infantiles que compensan el desarraigo sufrido al tener que abandonar nuestro hogar a los 10 años para estudiar fuera.

lunes, 7 de diciembre de 2009

El proyectil


Hoy tocó mayar las últimas manzanas de la temporada. La sidra sale dulzona y con demasiada pulpa.
No me resisto a fotografiar el tapón metálico que salió disparado hacia la frente de mi padre hace tres semanas, cuando lo estaba desenroscando en el barril de cerveza reutilizado para conservar la sidra dulce. Aunque le costó un viaje en ambulancia y una estancia en pensión completa en el HUCA durante cinco días, ya vuelve a las andadas. Como dice él :¡Tengo buena encarnadura!.
Y es cierto: ya no se le nota a simple vista ni la fractura ni los 10 puntos de sutura en ceja y nariz.
¡Ya podíamos heredar algo de esa naturaleza!
Desde luego firmaría ahora por llegar a los 86 años y tener su salud y su lucidez.
¡Qué lo disfrutemos muchos años!