lunes, 7 de diciembre de 2009

El proyectil


Hoy tocó mayar las últimas manzanas de la temporada. La sidra sale dulzona y con demasiada pulpa.
No me resisto a fotografiar el tapón metálico que salió disparado hacia la frente de mi padre hace tres semanas, cuando lo estaba desenroscando en el barril de cerveza reutilizado para conservar la sidra dulce. Aunque le costó un viaje en ambulancia y una estancia en pensión completa en el HUCA durante cinco días, ya vuelve a las andadas. Como dice él :¡Tengo buena encarnadura!.
Y es cierto: ya no se le nota a simple vista ni la fractura ni los 10 puntos de sutura en ceja y nariz.
¡Ya podíamos heredar algo de esa naturaleza!
Desde luego firmaría ahora por llegar a los 86 años y tener su salud y su lucidez.
¡Qué lo disfrutemos muchos años!

4 comentarios:

  1. ¡¡ya era hora,Gustavo!!
    Claro que entiendo que al ajetreo familiar que debe ser habitual, se suman imprevistos que os mantienen inhabilitados durante un tiempo...el esguince, los 10 puntos de tu padre...Por cierto, lo de la resistencia debe ser cosa de la generación. Mi madre tuvo varies caídes con breches. La última, 13 puntos en la cabeza. Anduvo unos días como un apache pero a día de hoy casi no se le aprecia la cicatriz.81 años.
    En el casu de tu padre júntense les bondades de la generación con les característiques familiares.
    Un abrazu, Gustavo. Y a acabar el tejao del palacio!!Antes de que la sidra fermente. No vaya a ser que te pongas en la escalera después de tomar unos culetes y la armes otra vez.

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  2. El tejado tendrá que esperar a la primavera o el verano, pues no ye cuestión de ponese encima con las tejas húmedas. Además el tobillo sigue algo resentido.
    En estos dos meses se me juntó todo: obra, accidentepaterno, viajes, reuniones y otros trabajos extras.
    Parece que las aguas están volviendo a su cauce.

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  3. Nunca te había leido, pero veo que ties buen humor y sentido común como tu padre. Enhorabuena.

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