domingo, 20 de diciembre de 2009

Desde mi ventana



El sábado viajamos a Soto, la carretera con hielo en las rodadas y nieve polvo en los laterales, todo el campo cubierto por una capa de nieve blanca y el cielo con las constelaciones visibles y las estrellas brillando como diamantes. A las 19,00 el termómetro marca - 6ºC, por lo que nos metemos en casa con rapidez y ya no volvemos a salir. El domingo amanece con un sol radiante produciendo destellos en la nieve, parece que las estrellas que poblaban el cielo por la noche ahora están sobre los prados. A pesar del sol la temperatura al mediodía es de - 2ºC.













Depués de comer salimos por la ruta del Alba hasta Retorturiu y volvemos por la senda de Precia la Vara donde vemos como el sol se va ocultando tras las montañas.
Cuando voy por estos lugares siento la llamada de la tierra, que me reconoce cuando paso y me recuerda que desde niño he transitado por estos caminos. Siempre me vienen a la cabeza anécdotas y aventuras infantiles que compensan el desarraigo sufrido al tener que abandonar nuestro hogar a los 10 años para estudiar fuera.

2 comentarios:

  1. El mito del eterno retorno y la vuelta a la infancia, la verdadera patria

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  2. Tienes razón, Luis Simón...
    Gustavo,te gano en lo de la temperatura!!
    ¡Qué domingo pasé yo entre la nieve del valle, la caliza que lo cierra, completamente blanca, y hundiendo las botas por los caminos entre los árboles! A las 11h de la mañana, ¡6 grados bajo cero!!
    Un abrazo. A estas alturas...navideño ya.

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