domingo, 25 de octubre de 2009

Prueba superada


Viajamos a Somiedo, llegando al pueblín a la hora de comer. Oliva nos ha preparado un picadillo de casa con patatas cocidas que sabe a gloria.
Tras la comida subo a las brañas por la güérgola de Arbeyales para ver las vacas. El tobillo no se resiente.
Una vez contadas y recontadas todas las vacas, que estaban cerca de La Corra, bajamos hasta la braña de Murias y cortamos dos cargas de escoba para poner en la cabana de teito (teitar).
El paisaje con un día tan soleado y limpio es espectacular.
A la vuelta al pueblo ya tengo trabajo asignado: limpiar la maleza y revisar el tejado de la casa del campo. Subo al tejado con precaución, recordando los antecedentes, realizo la revisión y algo de retejado y como está oscureciendo dejo la limpieza para el domingo. Por la noche cena comunal en la antigua escuela con los restos de la borregada de hace tres semanas: chanflaina y caldereta.
El domingo realizo el desbroce y recojo unas avellanas. Oliva queda contenta y sólo falta que le traiga un tractorado de leña para que me nombre su yerno predilecto.
El tobillo sigue sin resentirse por lo que habrá que ir pensando en terminar el tejado de mi cabaña coyana.

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