miércoles, 18 de mayo de 2011

El Hullero




Hace 10 días cumplí un deseo que me rondaba por la cabeza desde hace varios años: viajar en el ferrocarril de La Robla. Aunque recibe el nombre de esa localidad leonesa (y fué conocido siempre como El Hullero), el trayecto hasta Matallana sólo lo utilizan trenes de mercancías y algún charter de turistas ingleses aficionados al ferrocarril. En mi caso aproveché el viaje organizado por la asociación don Pelayo de Gijón que consistió en viajar el sábado 7 entre León y Bilbao y el domingo entre Bilbao y Gijón en la composición denominada Costa Verde, que fue remolcada por tres tipos de locomotoras en los diferentes trayectos (series 1500, 1600 y 1900), y coincidió además con la circulación de otros trenes especiales que ha puesto en servicio Feve en los últimos años y que tanto nos gustan a los aficionados al ferrocarril: el Transcantábrico en León, el Expreso de La Robla en Vado Cervera y el Tren Histórico en Bilbao.

El viaje fue muy agradable en todos los aspectos. Es una maravilla el viajar en tren por el mero placer de hacerlo y más en las líneas de vía estrecha, a una velocidad máxima de 70 kms/h., que puedes admirar el hermoso pasisaje primaveral, un día en las estribaciones castellanas de la cordillera y al día siguiente, tras pasear por la elegante ciudad de Bilbao, el recorrido por la cornisa alternando los paisajes urbanos con los pueblos de interior y, en algunos tramos, pasando junto a las playas o los sifones y deslizándose por las riberas de ríos y rías.



Un viaje que recomiendo a todo el mundo y que publicitaré la próxima vez que se organice. Es imprescindible un espíritu cargado de paciencia, dedicado a disfrutar de la vista y de la compañía de otras 70 personas ques se animaron. El tren tiene un bar que atendieron con alegría y profesionalidad los socios de don Pelayo durante todo el viaje.

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