Este tronco de castaño casi podrido en un castañeru del parque de Redes me trajo a la mente un animal mitológico agonizando. Como ocurre siempre, es necesario que unos seres desaparezcan para que surjan otros, y los helechos e incluso otros castaños estan creciendo gracias a los restos descompuestos del gran árbol caído. Quizás ese sea el destino de nuestra civilización y sea preciso su derrumbe para que surja otra nueva que la sustituya.
El mito del Fenix que resurge de sus cenizas.
Parece que hoy tenemos los ánimos algo bajos.
domingo, 17 de abril de 2011
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